Allariz es una hermosa villa donde el tiempo se entrelaza con la historia y la cultura en una danza inmortal. Sus calles empedradas, flanqueadas por edificaciones, se despliegan como un laberinto encantado, invitando a perderse entre sus luces y sombras. Aquí, cada rincón cuenta una historia, cada fachada refleja los ecos de un tiempo pasado, y cada tradición vibra con la esencia de los ancestros.
Allariz no es solo un lugar en el mapa, es un viaje a través del tiempo, un puente entre generaciones, un tesoro vivo donde cada momento es una oportunidad para explorar y descubrir los secretos que se esconden en lo más profundo de su alma histórica y cultural. En Allariz, la historia no se estudia, se vive, se respira y se siente en cada paso, convirtiendo la visita en una experiencia inolvidable y transformadora.
Allariz, un nombre que resuena con los ecos del pasado, nos transporta a sus orígenes en el siglo VI. Esta villa gallega, cuyo nacimiento se enlaza con la presencia sueva, creció alrededor de un castro que dominaba el serpenteante río Arnoia, cruzado por antiguos caminos llenos de historia. La «Vila Aliaricii», como era conocida, comenzó su andadura como un punto de encuentro de culturas y caminos.
En el siglo XI, la mano de Alfonso VI marcó el destino de Allariz, ordenando la construcción de su imponente castillo y murallas. Siguiendo su legado, Alfonso VII en el siglo XII otorgó a Allariz el Fuero, un documento que elevó a la villa a un estatus de privilegio real. Sancho IV, admirando su valor estratégico, la nombró «Llave del Reino de Galicia», un título que reflejaba su importancia en la región. Durante este periodo, una próspera comunidad judía también encontró hogar en sus tierras, contribuyendo a su riqueza cultural y comercial.
Allariz no solo fue un bastión de poder, sino también de sabiduría. Aquí se educó Alfonso X el Sabio, quien aprendió el gallego, un idioma que luego utilizaría en algunas de sus famosas Cantigas. Este hecho ilustra la influencia cultural que Allariz ejerció en la península ibérica, siendo un crisol donde se mezclaban la política, el arte y la literatura.
El siglo XV en Allariz estuvo marcado por su participación en las revueltas Irmandiñas y la fundación del Hospital, reflejo de su constante adaptación y resiliencia. Los siglos XVI y XVII fueron una era de esplendor con la construcción de casas hidalgas y el florecimiento del Pósito Agrícola. Sin embargo, las guerras con Portugal y un devastador incendio en el Convento de las Clarisas marcaron también este período de transformación.
El siglo XIX comenzó bajo la sombra de las tropas napoleónicas y fue testigo de la desamortización que llevó al desmantelamiento del Castillo y la pérdida de parte de su patrimonio arquitectónico. A pesar de estos desafíos, Allariz experimentó un breve período de prosperidad, destacando en la industria del lino y más tarde en el curtido del cuero. Sin embargo, la decadencia de estas actividades marcó un período de dificultades económicas y demográficas de las cuales Allariz ha comenzado a resurgir en años recientes.
Allariz invita a un viaje en el tiempo, con su casco antiguo medieval, antiguamente residencia de reyes como Alfonso X El Sabio. Sus calles empedradas, plazas pintorescas y templos románicos de los siglos XII y XIII, como San Bieito, Santiago y Santo Estevo, cuentan la rica historia de la villa. El Monte do Castelo ofrece vistas panorámicas, mientras los restos de la muralla y el Barrio Judío añaden profundidad a su patrimonio histórico.
El Museo do Xoguete, situado en un pazo del siglo XVII, alberga una amplia colección de juguetes históricos. El Museo da Moda, en una casa señorial del siglo XIV, refleja la evolución del sector textil, y el Museo do Coiro, ubicado en una antigua fábrica de curtidos, muestra la historia del curtido de pieles. Además, el Convento de Santa Clara alberga el claustro barroco más grande de España.
El Ponte de Vilanova, puente románico del siglo XII, servía como uno de los accesos principales a la villa, defendido por los Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén. Sus marcas alfabéticas en las bóvedas revelan su origen medieval, ubicado en un entorno fluvial idílico.
El río Arnoia, protagonista en Allariz, ofrece espacios para actividades como la pesca o paseos en barca. La playa fluvial Acearrica es un destino popular en verano. El “Corredor temático do Arnoia” permite disfrutar de un paseo relajante a lo largo del río, en una zona declarada Reserva de la Biosfera.
El Festival Internacional de Xardíns, en el Paseo de Portovello, es un proyecto pionero en España. Con más de 37.700 metros cuadrados de jardines, se celebra un concurso anual de paisajismo que atrae a artistas de todo el mundo.
Allariz alberga importantes yacimientos arqueológicos, como el Conjunto Arqueológico-histórico de Armea, que incluye el castro de Armea y la basílica inacabada de la Ascensión. Otros sitios de interés incluyen el monte do Señoriño y el yacimiento altomedieval de San Salvador, conocido como Castelo do Malpaso.
En la parroquia de Requeixo de Valverde, el Ecoespazo do Rexo combina arte y naturaleza. Esta obra del artista Agustín Ibarrola integra pintura y escultura en un entorno natural, y alberga una quesería que produce el famoso Queixo do Rexo.
Un evento distintivo de Allariz, la Festa do Boi es una celebración arraigada en la historia local. Se trata de una festividad llena de color, música y tradiciones que atrae a visitantes de todas partes para disfrutar de sus actividades únicas.
La Semana Santa en Allariz es una experiencia inolvidable. Este evento religioso y cultural atrae a multitudes cada año, ofreciendo una mezcla única de devoción y festividades locales.
Una celebración que gira en torno a la gastronomía local, la Fiesta de la Empanada es una oportunidad para degustar este plato tradicional gallego en un ambiente festivo.
Esta feria es un escaparate del talento artesanal de Galicia, donde los visitantes pueden admirar y adquirir una variedad de productos hechos a mano.
La Feria de Otoño es una exaltación de los productos de temporada de Allariz, ofreciendo una oportunidad única para disfrutar de los sabores autóctonos de la región.
Un evento que transforma las calles de Allariz en un escenario de misterio y leyendas, ideal para quienes buscan una experiencia diferente y emocionante.
La Navidad en Allariz es un tiempo mágico, lleno de luces, colores y actividades que celebran la alegría y el espíritu de la temporada.
Hoy, Allariz se erige como un testimonio de la resistencia y la riqueza histórica de Galicia. Cada calle, cada piedra y cada rincón narran historias de épocas pasadas, mientras que sus gentes miran hacia el futuro con optimismo. Allariz, más que un lugar, es un viaje a través del tiempo, un espejo que refleja la historia viva de Galicia.
Imagen de cabecera: Alfredo Estévez