En el suroeste a provincia de Ourense, se esconde un tesoro natural apenas tocado por el paso del tiempo: las Pozas de Melón. Este conjunto de piscinas naturales, formadas por el caprichoso fluir del río Cerves, no son solo un alivio del calor estival, sino un testimonio vivo de la armonía entre el agua y la piedra. En este rincón de Galicia, donde la historia se entrelaza con el paisaje, los visitantes se encuentran con un lugar de serenidad y belleza, una invitación a la contemplación y al descubrimiento de una naturaleza menos explorada.
El río Cerves, nacido en las alturas de la Sierra de Faro de Avión, es el artífice de este maravilloso lugar. En su descenso acelerado, el río va formando rápidos y cascadas hasta alcanzar los 500 metros de altura, donde se asientan la mayoría de estas encantadoras pozas. Su recorrido, marcado por la erosión y la belleza natural, crea un paisaje que parece sacado de un cuento de hadas.
Llegar a las Pozas de Melón es una aventura en sí misma. Desde la autovía A-52, tomando la salida de Melón – Quins, se sigue la N-120 hasta el kilómetro 605, en la localidad de A Freixa. Aquí, señales indicativas guían a los visitantes a un aparcamiento cercano, el punto de partida hacia las pozas.
El entorno de las Pozas de Melón es un escenario de ensueño. Rodeadas de un paisaje montañoso en la comarca del Ribeiro, estas pozas ofrecen no solo un refugio refrescante sino también un entorno con un aire mágico. A pesar de su innegable atractivo, el lugar conserva un ambiente tranquilo y poco masificado, permitiendo a los visitantes disfrutar de una experiencia genuina y serena en medio de la naturaleza.
La seguridad es primordial en las Pozas de Melón. Aunque las aguas cristalinas invitan al baño, es crucial tener en cuenta que algunas rocas pueden ser resbaladizas. Se recomienda encarecidamente utilizar calzado adecuado y ejercer precaución, especialmente con niños y mascotas. Las pozas no son accesibles para personas con movilidad reducida, lo que subraya la importancia de planificar con antelación y tener en cuenta estas limitaciones.
Las Pozas de Melón son solo el comienzo de una aventura más amplia. La zona ofrece rutas de senderismo, como la que lleva a la Fervenza de Tourón, así como oportunidades para practicar barranquismo y otros deportes acuáticos. Además, su proximidad a Ribadavia y otras localidades turísticas hace de este lugar un punto perfecto para explorar la cultura del vino del Ribeiro y sumergirse en el rico legado histórico de la región.
Descubre la fuerza del agua en la Fervenza de Tourón, una cascada que despliega su mayor esplendor en otoño e invierno. Rodeada de un robledal que ha sobrevivido a los incendios, este lugar es un testimonio de la resistencia natural.
Visita el Monasterio de Santa María de Melón, una joya cisterciense cuyos orígenes se pierden en el tiempo. Aunque algunas de sus estancias están en ruinas, su imponente exterior sigue siendo un emblema de la historia y la arquitectura religiosa de la región.
Explora el Calvario y hórreos de Quins, un conjunto etnográfico singular que combina la espiritualidad de los cruceiros barrocos con la arquitectura tradicional de los hórreos de piedra y madera, ofreciendo una mirada única al patrimonio cultural gallego.
Para una experiencia de relajación, las Termas de Prexigueiro son el lugar perfecto. Este complejo termal, situado cerca de Ribadavia, ofrece aguas termales ideales para el descanso y el rejuvenecimiento.
No te pierdas la oportunidad de visitar Ribadavia, una localidad rica en historia con su Castillo de los Sarmiento y una impresionante judería. Esta villa histórica es un punto de encuentro entre el pasado y el presente, ofreciendo una experiencia cultural y gastronómica inolvidable.